Capital humano

Conjunto de aptitudes, competencias, conocimientos, capacidades profesionales y relacionales que posee generalmente el individuo, adquiridas no sólo a través de la escolarización, sino también mediante un largo aprendizaje o experiencia en el lugar de trabajo y, por tanto, no fácilmente sustituibles, ya que son intrínsecamente elaboradas por la persona que las adquirió. Aunque no puedan medirse unívocamente, los componentes de la u. c. determinan, sin embargo, la calidad del servicio prestado por el titular, contribuyendo a aumentar la productividad de una empresa y a cualificarla, influyendo en sus resultados.

EL CAPITAL HUMANO COMO ACTIVO EMPRESARIAL

Invertir en u. c. significa, por parte de una empresa, ocuparse de la formación profesional y técnica de sus empleados; del mismo modo que dispersar, desperdiciar una u. c. importante corresponde a una utilización parcial, incorrecta o improductiva de los conocimientos y competencias de sus empleados. En este sentido, c. u. también se refiere al conjunto de aquellas destrezas y habilidades que permiten al individuo que las posee obtener unos ingresos. Los ingresos percibidos por las personas a cambio de la prestación de sus servicios se interpretan, por tanto, como una remuneración por su c. humano. Los gastos destinados a mejorar los conocimientos, las competencias y las capacidades (por ejemplo, los gastos en educación) de los individuos son inversiones en capital humano. Se establece así una analogía especial entre el capital humano y el capital no humano (equipos e instalaciones). Las inversiones en c. u. están destinadas a aumentar la capacidad productiva y los ingresos de los individuos; las inversiones en c. no humanas están destinadas a aumentar la capacidad productiva y los ingresos de las empresas. Sin embargo, existe una diferencia fundamental en la propiedad de estos dos tipos de capital. La c. u. sólo puede ser propiedad del individuo en el que está incorporada y no puede enajenarse mediante compraventa; la titularidad de la c. no humana, en cambio, puede negociarse en el mercado.

EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE CAPITAL HUMANO

Aunque se le conoce con diferentes términos, el concepto de u. c. es conocido desde hace tiempo por los economistas, pero sólo a partir de los años sesenta se ha desarrollado y ha recibido una atención considerable. Cabe destacar las contribuciones de T.W. Schultz, G. Becker y J. Mincer. El concepto se inscribía en un análisis general del comportamiento humano basado en los principios básicos de la racionalidad económica. En los años ochenta y noventa, este tema fue objeto de un renovado interés por parte de los teóricos del crecimiento endógeno, que consideraban la c. u. como uno de los argumentos de la función de producción y hacían hincapié en la interdependencia entre el crecimiento económico y el desarrollo de la c. humana. En este sentido, los programas de formación y reciclaje contribuyen a aumentar la u. c., favoreciendo así el desarrollo del sistema en su conjunto y las condiciones de renta de los trabajadores. El debate actual en la literatura económica identifica sobre todo el conocimiento y las competencias individuales como los principales elementos que las empresas utilizan para movilizar los recursos internos y externos de forma integrada, contratando una mano de obra más cualificada y adaptada a las necesidades de un país con una economía avanzada.

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